"Tu vida va a cambiar". Recuerdo las veces que escuché esta frase durante mi embarazo, y lo mucho que me costaba captar su significado. ¿Será para mejor? ¿Será para peor?...
Con el tiempo me di cuenta que todo depende únicamente de nuestro punto de vista y de lo mucho o poco que nos cuesta adaptarnos a los grandes cambios.
Los cambios son tantos que es imposible enumerarlos, pero no son una sentencia sino un desafío, y como todo desafío, una oportunidad para aprender, crecer y hacernos mejores seres humanos. Entre otras cosas, son los siguientes cambios por los cuales pasé al embarcar en mi viaje por el universo de la maternidad y que son comunes en la mayoría de las madres.
Entre los cambios más profundos, emocionantes y transformadores...
1. Descubres en tu interior una fuerza que te agarra de sorpresa y hasta te asusta por su intensidad. Te sientes como una leona, preparada para defender a tu "cachorrito" con tus propias uñas y dientes.
2. Te das cuenta que puedes ir más allá de tu límite, y del límite de tu límite, y del límite del límite de tu límite... Y esto te hace sentir infinitamente exhausta y fatigada, pero a la vez infinitamente capaz.
3. Sientes crecer dentro de ti un amor tan fuerte, poderoso y profundo, que a veces hasta te espanta y confunde. "¿Podré querer a otro ser como a esta criaturita?".
4. Empiezas a entender, respetar y admirar a tus padres como nunca antes en la vida — "no es posible que mi mamá haya hecho todo esto", pienso, "¡con dos hijas, tan jovencita y sin pañales desechables!" — y crece genuinamente tu comprensión y gratitud hacia ellos.
5. Por primera vez entiendes que "sacrificio" no significa sufrimiento sino: "sacro" + "oficio", o sea, "trabajo sagrado". Comprendes la enorme importancia del lugar que ocupas en el mundo como madre, y el gran valor de tu trabajo.
6. Aumenta tu compasión por todos los niños. Poco a poco te vas haciendo madre no sólo de tus hijos, sino de todos los demás niños del mundo. No soportas ver sufrir a un niño en las noticias, ni en una película de televisión, ni en la calle.
Apareció en amor, el amor verdadero, ese incondicional que no conocía…